Inspecciones industriales: Los drones permiten supervisar infraestructuras como plantas eólicas, solares, eléctricas o fábricas de gran escala. Mediante vuelos de reconocimiento se pueden detectar fallos, desgastes, suciedad o desperfectos de difícil acceso, reduciendo riesgos humanos y costes operativos.

Construcción y arquitectura: Son una herramienta eficaz para el seguimiento de obras, control de avances y generación de informes visuales. Gracias a tomas aéreas periódicas es posible monitorizar la evolución del proyecto con precisión y documentar cada fase.

Agricultura de precisión: Con cámaras específicas, los drones facilitan el análisis de cultivos, detección de plagas, control del riego y evaluación del estado de las cosechas. Esta información ayuda a optimizar recursos y mejorar el rendimiento agrícola.

Cartografía y topografía: Mediante fotogrametría aérea se pueden generar mapas, modelos 3D y mediciones de terrenos con gran detalle, ofreciendo una alternativa ágil y rentable frente a los métodos tradicionales.

Seguridad y emergencias: Los drones también se utilizan para vigilancia de grandes espacios, control de multitudes o apoyo en situaciones de emergencia, facilitando una visión panorámica y en tiempo real que mejora la capacidad de respuesta.